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CUENTOS

UNA PROMESA CUMPLIDA

Frente a un paisaje muy verde se encontraba un perro junto a un niño pequeño y sonriente, sus ojos representaban la esperanza en su sentido literal, un leve hálito matutino hacía oscilar sus cabellos por todo el rostro. El mismo sol parecía iluminar más por su presencia. El joven se sentó plácidamente en el césped al igual que su perro, luego empezó a hablar con su padre:

- ¿Recuerdas que prometiste que nos volveríamos a ver?, pensé que te referías a que tú me buscarías, pero no me arrepiento de haber venido, he visto tantas cosas hermosas y tristes de camino.- Un mariposa grande y hermosa volaba por los alrededores al ver al joven se posó sobre su mano.

-¿Supiste que mamá murió?, ¿no?, pues te cuento, fue algo muy desolador, tú te fuiste ese día que llovía, recuerdo que ella te pegó y dijiste que deseabas no haberla conocido nunca, justo después fue que prometiste que nos volveríamos a ver, luego de que consiguieras con que mantenerme; me mentiste… tres días después mi mamá volvió a tomar esas pastillas que no te gustaban, parecía triste pero luego de consumirlas me miró y sonrió, besó mi mejilla y dijo que fuera por algo de pan, a mitad de camino recordé que no llevaba dinero, regresé con Tobi

 un perrito que conocí en el camino, estaba pensando como pedirle a mamá que lo dejara quedar con nosotros. Cuando entré ella estaba recostada en el mueble de la sala, miraba fijamente el techo, por su mejilla resbalaba una lágrima, corrí a mirar que sucedía, tenía miedo que me pegara así que pregunté si todo estaba bien, pero no me contestó, no volvió a hablar, el doctor dijo que su corazón había dejado de latir. Me llevaron a un lugar donde habían muchos niños de mi edad, pero el director prohibió que Tobi se quedara conmigo, dijo que él iría a un lugar mejor y sería tratado como un rey, yo le creí y me puse feliz por él, pero justo cuando  estaba conociendo a los otros niños, pude observar como un hombre lo pateaba ¿puedes creerlo? Yo no, aún no sé porque a los adultos les gusta mentir tanto, el caso es que corrí a salvarlo pero un guardia me tomo del brazo y no me lo permitió, lloré toda la tarde y por la noche cuando el guardia hablaba con una mujer muy pobre, creo que era pobre

 creo que era pobre porque su camiseta y su falda le quedaban muy pequeñas, sentí lástima por ella pero seguí agachado y escapé, a la salida encontré a Tobi, estaba esperándome. Como dijiste que venías a esta ciudad, decidí venir con él. Los primeros días fueron fríos y difíciles, pero alguna gente era amable y nos alimentaba. Jhon un artista que viajaba en busca de “oportunidades” lo sé es gracioso, pero él nos decía eso mientras nos mostraba sus hermosos dibujos, nos acompañó por mucho tiempo, era muy divertido pero no tenía dinero como nosotros, siempre dormíamos en sitios distintos, Jhon sabía encontrar los mejores lugares donde ya no pasábamos frio, además nos traía frutas todos los días, hasta que una noche un hombre extraño muy bien vestido me invitó a dar un paseo en su carro, a Jhon le disgustó, no sé por qué pero los dos empezaron a pelear con palabrotas, luego sonó como si cayera un trueno a  nuestro lado y Jhon cayó en el piso, empezó a oler a pólvora ,seguidamente el hombre salió corriendo y arrancó en su carro como los conductores profesionales de esos programas de autos que te gustaba ver. Yo corrí a auxiliarlo, Tobi lamía su cara, creo que eso le quitaba el dolor porque él sonreía, aunque lloraba al mismo tiempo, su rostro se puso como una hoja de papel, sacó de su bolsillo una billetera y me la dio, dijo que tomara su bolso y me hizo prometer que sería lo que él nunca llegó a ser… Feliz.

“Lloré mucho por Juan hasta que conocí a Daniela, llegué a esta ciudad y empecé a vender confites para poder alimentar a Tobi y alimentarme a mí mismo. Pregunté por ti mucho tiempo. Un día conocí a Daniela una niña muy hermosa de mi edad ¿sabías que ya tengo 12 años? Hoy los cumplí, ¿en qué iba?, ah sí, Daniela vendía llaveros que ella hacía con sus propias manos, creo que me enamoré de ella. Ella me dijo que no debía llorar por Jhon porque si él me dijo que fuera feliz, no debía buscar la felicidad en mis lágrimas; así no hallaría más que dolor, dijo que todo el mundo está buscando el camino a la felicidad pero que la mayoría de la gente cree que la encontrará pensando en sí mismos, al igual que las cosas siempre aparecen cuando

menos las buscamos, también dijo que si dejaba de pensar en mí y pensaba en los demás podría encontrar la tan anhelada felicidad, la pasé muy bien con ella hasta que un día el papá llegó por ella muy borracho, la golpeó y yo intenté defenderla, él me golpeó muy fuerte y dijo que le quedaba prohibido acercarme a su hija, Tobi lo mordió y salió corriendo, luego de eso nunca volví a ver a Daniela. Lloré por ella también pero me enseñó lo que es un amor desinteresado, y me dio el secreto de la felicidad ¿y sabes qué? no tengo nada papá, y lo tengo todo al mismo tiempo porque soy feliz, tengo a Tobi y ahora te tengo a ti, si Jhon no me hubiera enseñado a leer nunca te habría encontrado. Pero ya es tarde papá debo ir a alimentar a Tobi y mañana me inscribiré a una escuela, como me lo prometí, seré bombero. Aunque me han dicho que primero debo estudiar, siempre me ha gustado aprender cosas nuevas, me enseñaste a no mentir y por eso estoy aquí para que quede claro que si nos volvimos a ver, y que no moriste como un mentiroso. Te quiero papá".

 El niño depositó una orquídea en la lápida de su padre, Tobi dejó un diente de león con su boca y ambos partieron por donde habían llegado. El cachorro y su dueño siguieron sus vidas siendo cada día más felices.

 

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